Tipos y características de las insulinas humanas y análogas.
ComiteNetMD
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20 jan, 2025
RESUMEN
La insulina sigue siendo fundamental del tratamiento de los pacientes con diabetes y su uso se ha incrementado en los últimos años. Actualmente, contamos con múltiples formulaciones para el tratamiento de la diabetes. Las insulinas humanas como la insulina NPH y regular siguen usándose en muchos países dado su costo bajo y eficacia. Sin embargo, el desarrollo de análogos de insulina inyectados que han demostrado eficacia en la reducción de los niveles de glucosa, pero con perfiles de acción más estables, menor variabilidad y un bajo riesgo de hipoglucemia se encuentran actualmente disponibles. Además, la tecnología ha desarrollado nuevas e innovadoras formulaciones con vías de administración diferentes a la subcutánea que han demostrado seguridad y eficacia, prometiendo una serie de beneficios para las personas con diabetes. Este artículo resume las características más importantes de las formulaciones de insulina actualmente disponibles.
INTRODUCCIÓN
La primera administración exitosa de insulina se realizó el 23 de enero de 1922 y, desde entonces, el trabajo continuo para desarrollar moléculas con perfiles más estables para cubrir las necesidades basales y prandiales de las personas con diabetes ha logrado rediseñar productos más seguros y efectivos1,2. Actualmente, la insulina es el tratamiento esencial para todos los pacientes con diabetes tipo 1 (DT1) y muchos pacientes con diabetes tipo 2 (DT2) requerirán insulina a lo largo de los años3.
A este tiempo, contamos con insulinas humanas y una gran variedad de insulinas análogas con diferentes perfiles de acción. Esta revisión busca actualizar a los profesionales de la salud acerca de las principales características farmacológicas de las formulaciones de insulina con las que contamos hoy en día, con el objetivo de comprender sus ventajas y desventajas dentro del tratamiento de la diabetes1,2.
TIPOS DE INSULINA
El tratamiento con insulina ha evolucionado mucho desde su descubrimiento en 1921 y su primer uso comercial en 1922. Hasta la década de 1980, todas las insulinas se extraían del páncreas de cerdos y reses. Pero los productos de insulina animal no eran puros y se asociaban con reacciones inmunitarias en el sitio de inyección y, con menor frecuencia, con reacciones sistémicas2.
Desde de la década de 1980, la insulina humana se fabrica con la tecnología de ADN recombinante. Por otra parte, los análogos de insulina de acción prolongada se crearon en la década de 1990 para superar las limitaciones de las preparaciones de insulina anteriores. Los análogos se crearon al modificar las moléculas de insulina para darles un perfil de actividad farmacológica más parecido a la insulina humana endógena2. Actualmente contamos con análogos de primera generación (glargina y detemir [IDet]), así como análogos de segunda generación (glargina-300 [IGlar-300] y degludec). De la misma manera, contamos con análogos de insulina de acción rápida de primera generación (lispro, aspart y glulisina) y las de segunda generación (lispro ultrarrápida y aspart ultrarrápida)1.
Muchas otras formulaciones de insulinas análogas se investigan y algunas ya se comercializan ofreciendo perfiles de acción con duración de hasta una semana; o bien, ser insulinas ultrarrápidas con inicios de acción más cortos que las insulinas análogas de acción rápidos de primera generación4,5. En la tabla 1 se resumen sus principales características.
Juan J. Díaz-Rodríguez
Centro de Capacitación e Investigación en Enfermedades Crónicas, Universidad Anáhuac Mayab, Mérida, Yuc., México
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